martes, 22 de octubre de 2013

La tapadera

Blanca, después de estudiar a Anabel con la mirada y de haber dado por concluida la sesión de preguntas, se encaminó hacia una puerta situada al fondo de la sala. La cruzó, sabiendo que ella la seguía a una distancia prudencial. Apareció ante ellas una habitación, ni muy grande ni muy pequeña, con escritorios pegados a las paredes. La atravesaron y cruzaron otra puerta más, hasta llegar a la librería en sí. Si Anabel creía que no podía alucinar más por esa noche, se equivocaba. Tanto secretismo, tantos pasillos y estancias, tantas puertas que atravesar, para llegar a lo que era una librería normal y corriente. Su enfado e indignación creció por momentos, aunque también su curiosidad.
-¿Esto es la librería? ¿Es una broma, no?-preguntó con la voz encrespada
-Sí, no es ninguna broma. Efectivamente es una librería, a eso nos dedicamos, a vender libros. Pero no son libros cualquiera, no todos.
Era una tienda como podía ser perfectamente una Casa del Libro, sin ir más lejos. Había muchas estanterías separadas por secciones, unas cuatro mesas en medio con las novedades, un mostrador, otra estantería con los más vendidos, escaparate... Lo más sorprendente es que eran libros que ella ya conocía. No entendía nada, pero antes de que pudiera preguntar, Blanca habló.
-Lo sé, lo sé -se quitó la túnica por encima de la cabeza, dejando al descubierto que llevaba unos tejanos gastados y una camiseta blanca. Colgó la tela de franela en un armario y continuó- Debe de tener aspecto de librería normal porque sino sería muy sospechoso que tuviéramos únicamente libros desconocidos, ¿no crees? Las personas que pertenecen al Sumus Libri conocen el código, aunque ya casi no lo usamos porque nos conocemos desde hace tiempo.
-¿Qué código?
-Cada usuario tiene su propio código, y en principio ese es su nombre para nosotros. Pero como somos tan poquitos, nos tratamos más cercanamente. Apenas llegamos a los 20 afiliados, y son todos gente mayor. Aunque eso no está tan mal, ellos saben respetar estas cosas.
-
Pero tú eres muy joven. ¿Cómo es que estás aquí?
-Izkar es mi abuelo, chica lista. Bueno, pues ya te he enseñado todas las salas que necesitas conocer. En La Biblioteca están los libros que solo conocen los afiliados. De momento, no necesitas saber nada más para hacer bien tu trabajo, que ya te lo explicará mi abuelo.
-¡Pero en La Biblioteca había muchísimos libros! ¿Como es posible, si sois tan pocos?
-Antes éramos muchos más, pero eso es una larga historia que ahora no viene a cuento. Ahora vuelve a tu hostal, descansa y mañana coges tus pertenencias y vienes aquí. Esta es la llave de la Puerta de Roble. Buenas noches.
"Salí por la puerta de la librería y busqué la calle en la que estaba mi hostal. Me acosté en la cama y hasta las dos de la madrugada no logré conciliar el sueño. La emoción, la preocupación, la curiosidad, la incertidumbre, el miedo, la felicidad... Todos esos sentimientos viajaban por mis venas a una velocidad de vértigo y no fue hasta que el cansancio me venció, que cerré los ojos."

2 comentarios:

  1. Oooh me gusta como va siguiendo la historia :) ¿no estara basada en hechos reales no? ¿NO ESTARAS EN UNA SECTA SECRETA DE LA CASA DEL LIBRO Y NO ME LO HAS CONTADO, EH? se me va la pinza, lo siento, voy a ver como sigue <3

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    1. ojalá estuviera yo en una secta de la Casa del Libro, OJALÁ
      muchas gracias Albii tkm <3

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