martes, 2 de julio de 2013

Extraña y curiosa invitación

Definitivamente Liz siente que ha perdido el juicio. Está en la cocina de un piso de unos okupas que conoce de hace apenas media hora y les está ayudando a cocinar la pizza. Una voz insistente en su cabeza le grita a pleno pulmón que está loca y que haga el favor de salir de ahí, pero la curiosidad y las ganas de llevarse la contraria a sí misma son más fuertes que su sentido común. No es que esos tipos le den miedo, porque parecen bastante inofensivos, es solo que no está en su comportamiento preparar la comida a unos desconocidos. Y todo esto lo piensa mientras saca de la nevera un bote de champiñones, una lata de atún y otra de olivas. Y ese chico, Óscar, parece como si acabara de llegar. Resalta su forma de vestir, por lo que Liz intuye que es nuevo en el grupo. Esas bermudas son muy elegantes y esa camiseta marca su torso bien definido... "¿Por qué estoy pensando esto? No tiene nada que ver con sus bermudas elegantes." Se dice a sí misma. Mientras extiende la masa con un rodillo, Pablo aparece por la puerta de la cocina con el pelo mojado. Tiene los ojos negros como el carbón, pero son bonitos de alguna manera. Pablo dirige a Liz una sonrisa simpática y ella se la devuelve como respuesta.
-Vaya, vaya... Se te da bien la cocina, por lo que veo- Pablo la mira divertido.
-Y por lo que he oído a través de la puerta, tú estás a punto de convertirte en el sucesor de Ferrán Adrià- contraataca Liz. Él suelta una carcajada.
-Sí, o al menos eso intento- contesta entre risas.-¿Eres nueva, no? Nunca te he visto en el edificio.
-Sí, he llegado hoy. Me he mudado con mi madre desde Barcelona.
-¿Barcelona? Uau, me encanta esa ciudad. En Las Ramblas te forras bailando. Los japoneses son los que más monedas echan.-Liz ríe.
-¿Pero sois todos de Madrid? Explícame un poco vuestra historia.
-Eres cotilla, ¿eh?-Liz se encoge de hombros.- Bueno, pues yo llegué a Madrid con 16 años, después de estar por las calles de Barcelona. Me fui de mi pueblo de Valencia con 14 años. Me encontré con Draco, César, Bruno y Marco en uno de los locales donde bailan y me uní a ellos. De eso hará unos... tres años, sí. Luego vino Lucas y hoy ha llegado Óscar. Hemos hecho su audición en plena calle, es muy bueno.
-Así que él ha llegado hoy, ¿y ya le dejáis entrar en vuestra casa?-Pablo se ríe sorprendido
-Ellos hicieron lo mismo conmigo, igualmente, no veo qué tiene de malo. Además, está en la misma situación en la que estaba yo hace tres años: sin nada. Cuando lleve aquí más tiempo, seremos su nueva familia.
-Eso es muy... ¿bonito?-los dos ríen.
Cuando la pizza ya está lista, solo entre Marco, Óscar, Pablo y César logran convencer a Liz de que se siente mientras ellos ponen la mesa. Liz se debate entre ser simpática y estorbar poco o utilizar su famoso humor mordaz, pero le queda clara su opción más acertada cuando aparece Lucas con una sonrisa de suficiencia en la cara. Liz se aclara la garganta, preparada para atacar, pero Lucas solo se sienta en su sitio, se frota las manos y vocifera:
-¿Pablo, te has perdido en el camino hacia el comedor? ¡Me voy a morir de hambre!
Liz no puede aguantarse la risa, estos tíos son realmente brutos.
-¿Qué te hace tanta gracia, bonita?-le pregunta Lucas, con una sonrisa socarrona.
-Tú- le contesta Liz. La sonrisa de Lucas se mantiene pero sus ojos la fulminan.
-Vale, ¿habéis acabado de pelearos? Lucas, compórtate, es nuestra invitada- interviene Marco y se sienta al lado de ella. Al otro lado se sienta Bruno.
Los chicos empiezan a bromear y a decir tonterías varias, y Liz los observa en silencio con una sonrisa que no se le borra por mucho que quiera, acompañada de una carcajada cada dos por tres. Ellos no intentan integrarla en la conversación y Liz lo agradece, tampoco sabría qué decir, es mucho mejor presenciar el espectáculo de insultos cariñosos que está teniendo lugar en la mesa. Hay un momento que incluso casi se atraganta con la pizza de la risa. Mientras, se seca las lágrimas que las carcajadas le provocan piensa que, al fin y al cabo, no ha sido tan mala idea aceptar la extraña y curiosa invitación que estos extraños y curiosos (y sobretodo graciosos) chicos le han ofrecido.

Pues esto ya está. En realidad quería tardar un poco más en juntar los caminos de Liz y Óscar, pero no he podido resistir la tentación. Ya veremos que pasa.... Besooos!! <3

2 comentarios:

  1. Que sepas que mientras lo leía me entraron ganas de comer pizza :') ¿Oscar y Liz tienen que acabar liados no? venga pooorfa...
    Sigue escribiendo ¿vale? me encantan tus historias
    Un abrazo muuy fuerte <3 <3

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    Respuestas
    1. jajajajaja no lo se... continua leyendo...
      seguire escribiendo, no lo dudes xDD
      muchas gracias bonita!!! <3<3<3

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