jueves, 27 de junio de 2013

Decisión inesperada

El suave traqueteo del vagón del tren le ayuda a dormirse. Viaja durante lo que a él le parecen cuatro horas y después el sonido del pitido que anuncia que han llegado a su destino le despierta. Se pasea sin prisas por el vestíbulo de la estación, esquivando a todas las personas que van con paso apresurado a trabajar o a la universidad. Óscar va despacio, contemplando detenidamente lo que le rodea, sonriendo ante la visión de hombres trajeados que no cesan de mirar el reloj y los jóvenes que repasan apuntes como si se les fuese la vida en ello. Óscar siente que su vida pasada era un sueño del que tarde o temprano iba a despertar, y por fin lo ha hecho. Sale de la estación y un calor abrasador lo envuelve de pies a cabeza. En cuestión de minutos, gotas de sudor le caen espalda abajo y entra en un baño de un café para cambiarse y ponerse una camiseta más fina y unas bermudas. La camarera lo mira con una cara mezcla de extrañeza y enfado, pero Óscar le obsequia con una encantadora sonrisa de disculpa y sale en busca de... pues no lo sabe, está perdido, pero eso no le hace sentir mal, si no todo lo contrario, está feliz. Cruza varias calles llenas de gente, sobretodo niños pesados que ya no tienen colegio. Decide hacerse pasar por turista y entra en una oficina de información a preguntar por un albergue o un hotel barato. Encuentra un hotel tirado de precio y se encamina hacia allí. Lo que encuentra le hace sonreír: es un hotel feo y viejo, y muy pequeño. La chica habrá pensado en timarle pero eso es exactamente lo que Óscar buscaba. Explica su historia a la amable señora de recepción y esta la da una habitación para todo el verano. Después de instalarse (tampoco es que llevara mucho equipaje) coge un periódico de una basura y empieza a buscar ofertas de trabajo. No hay absolutamente nada. Con el dinero que lleva en la mochila le da para sobrevivir apenas dos semanas. En una plaza encuentra un grupo de artistas callejeros bailando hip-hop. Lo hacen realmente bien. La gente aplaude al ritmo de la música para animarles y Óscar se une, divertido. Tiene un plan, si no funciona, al menos se echará unas risas. Cuando la multitud se dispersa y los chicos comienzan a recoger sus cosas Óscar se acerca, luciendo esa sonrisa que le hace caer bien a todo el mundo:
-Ey, hola. Sois asombrosos, bueno, no hace falta que os lo diga yo. -el grupo mira a Óscar con curiosidad.
-Gracias, ¿qué quieres?- Óscar ríe, no son tontos esos chavales. Le caen bien.
-Bueno a ver, es que me he escapado de casa, no he pisado esta ciudad en mi vida, no sé qué hacer y no tengo dinero. Pero sé bailar hip-hop, no como un hobby para pasar la tarde, me gusta de verdad. Y me preguntaba si podríais dejarme entrar en vuestro equipo. Y si no, pues gracias por escucharme.-Óscar mantiene su sonrisa, está preparado para reírse en cuanto le digan que no. Pero el que parece ser el líder arruga la frente y su rostro adopta una expresión de duda.
-¿Pretendes que entre en nuestro equipo un completo desconocido que dice que sabe bailar?
-Sí. Puedo haceros una demostración de que no soy ningún ladrón, si os quedáis más tranquilos. Necesito el dinero, no tengo nada más que decir.-un de los chicos empieza a reír a carcajadas, apretándose el estómago con las manos.
-¿De dónde ha salido este tío? ¡Me encanta!-Óscar sonríe más. Les ha caído bien. Perfecto. El líder vuelve a tomar la palabra:
-De acuerdo. Haremos un trato. Ahora nos dirigimos hacia otra plaza. Bailarás de manera improvisada. Si recibes más aplausos que yo, te quedas. Si no, pues... mala suerte.-Óscar ríe, le encantan los retos.
-Hecho- y se aprietan las manos.
-Después actuamos en un recinto de verdad, lo que pasa es que no es legal. La calle es nuestro lugar de entrenamiento. -explica un chico rubio mientras caminan hacia la siguiente plaza- Normalmente, bailamos en sótanos privados y eso. Vivimos de okupas en un señor ático. Vistas de infarto, chaval.- El líder vuelve a hablar:
-Después haremos las presentaciones. Por el momento, yo soy Draco y ¿tú eres...?
-Óscar.
-Muy bien Óscar, que comience el show. Ya hemos llegado.
Óscar se siente el chico más afortunado del planeta Tierra. Está a punto de hacer una audición para que lo admitan en un equipo de baile callejero. Una decisión absolutamente inesperada pero que se le ha presentado en bandeja de plata.


Hala, ya está, madre mía, parece que mi inspiración ha vuelto pero muy tímidamente. En fin, aún así, gracias por leerme!!!! <3

2 comentarios:

  1. jajajaja y quien coño dejaría de leertee!! VAMOS, QUIEN HABRA LA BOCA PARA DECIR NO CONTRARIO, NO LO CUENTAAA!! jajajaja Te quierooo!!
    Voy a leer el siguientee!!

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